El Olfato y la Memoria
Olores suelen evocar una variedad de emociones en todas las personas, ya sea de manera positiva o negativa, los aromas se asocian a recuerdos por lo que al momento de percibir un determinado aroma nos surgen emociones. Cada nariz en particular tiene su método único para relacionar los aromas.
Cuando una persona entra a un espacio aromatizado pueden ocurrir dos situaciones, si el olor le es familiar, se recordarán viejos recuerdos, lo que posiblemente ofrezca una sensación de nostalgia, tal como el aroma de la casa de la abuela, que activa el recuerdo de la infancia. En cambio, si el olor es completamente nuevo, entonces las personas crearan nuevos recuerdos.
“Con nuestros demás sentidos pensamos antes de reaccionar, pero con el olfato, el cerebro responde antes de pensar.” (Lindstrom, 2009)
Por esta razón, es normal que determinados aromas nos transporten a un momento vivido o nos generen una imagen cerebral de un momento concreto. Por ejemplo, el olor a bronceador puede recordarnos unas vacaciones de verano en la playa, el olor a chicle puede transportarnos a un momento de nuestra infancia y un perfume en especial nos puede recordar a una persona en particular.
Cuando se percibe un olor y el individuo tiene una sensación con respecto a este olor, esta sensación genera así una emoción y esta emoción genera más tarde unas asociaciones mentales (en este caso una identidad de una marca), generando una huella que permanecerá toda la vida del individuo y le condicionará en sus procesos de pensamiento y acciones futuras.
Un aroma va de la mano de la decoración de un establecimiento.
¿Se imagina entrar en un establecimiento y que éste oliese realmente mal? Inconscientemente entramos en un estado de desagrado, y puede que irritabilidad por lo poco agradable que nos resulta permanecer en ese sitio, el cual puede incluso conllevar a la pérdida de clientes y rechazo permanente hacia el negocio.
Sin embargo, un olor agradable en un lugar puede tranquilizarnos, calmarnos y ponernos de buen humor, logrando una mayor fidelización por parte de sus clientes.
Un aroma va de la mano de la decoración de un establecimiento. Perfumistas indican que a la hora de la elección de un aroma que se quiera implementar, se tiene que tomar en cuenta la forma en como está armonizado los entornos y como se complementará con el ambiente que se está creando a través del diseño visual; en donde se tiene que evaluar los muebles, colores, accesorios, textiles, entre otros más.
Además, va a depender del efecto que se quiera provocar en los consumidores, por ejemplo, si conviene que el cliente esté calmado se pondrá un olor concreto y si se desea que el cliente está más activo, se pondrá otro.
Las investigaciones académicas y de la industria revelan que la incorporación de un aroma tiene un profundo impacto en cómo los consumidores consideran una marca. Un aroma adecuado puede mejorar la experiencia de compra por parte de sus clientes, creando un ambiente cómodo y positivo que pueda incitar sutilmente a los consumidores a pasar más tiempo en los comercios para así aumentar el gasto del consumidor. Difundir el aroma adecuado puede reforzar su identidad de marca, creando el ambiente perfecto para sus clientes, empleados e invitados para así diferenciar su negocio de sus competidores. Es por éstas razones qué cada vez son más los comercios que apuestan por la ciencia que está detrás del marketing olfativo, no sólo por su ventaja cualitativa, sino por su conversión a venta.