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Ciencia del Aroma: NEUROMARKETING, EN LA MENTE DEL CONSUMIDOR




La ciencia ha demostrado que el sentido del olfato humano opera continuamente las 24 horas del día. Nuestro sentido del olfato está vinculado directamente a la parte del cerebro responsable de los recuerdos y las emociones, donde los aromas juegan un papel crucial en la forma en que recordamos y experimentamos las cosas. Respiramos 20,000 veces al día, cada emoción está asociada a un olor de un momento preciso.

La estrecha conexión entre la glándula olfatoria, que registra el olfato, y el sistema límbico, que gobierna la emoción y los recuerdos, es el componente que desencadena los recuerdos detrás de nuestro sentido del olfato. Los receptores de olor en la nariz se conectan directamente a la sección del cerebro responsable de la memoria y las emociones.

El bulbo olfatorio se encuentra dentro del sistema límbico, junto con la amígdala y el hipocampo. La amígdala es conocida como el centro de las emociones y el hipocampo está involucrado en el procesamiento y formación de las memorias. De esta manera, esta relación otorga al sentido del olfato una gran importancia en el estudio del comportamiento humano.

Cuando las moléculas de los olores entran en la nariz, algunas de ellas se quedan en la mucosa olfativa, dentro de ésta, hay receptores olfativos que contienen neuronas que envían impulsos al cerebro, estos impulsos se reciben en la corteza olfativa, el cual es el que se encarga de identificar los distintos aromas y olores.

Esta es la razón por la cual un olor tiene la capacidad de transportarlo a un determinado momento y lugar, vinculándolo con un recuerdo o sentimiento particular.


Se pueden distinguir dos hemisferios en el cerebro, cada uno de ellos con diferentes funciones. Por un lado, el hemisferio izquierdo (pensamiento lineal), es el hemisferio lógico relacionado con la habilidad numérica, el razonamiento, el lenguaje escrito y hablado, la habilidad científica y el control de la mano derecha, es matemático analítico y verbal.

Por otro lado, se encuentra el hemisferio derecho (pensamiento holístico), el cual recibe, elabora y expresa toda la información sensorial y espacial, lo visual, percepción tridimensional, la no racionalidad, la creatividad, lo artístico, el sentido musical y el control de la mano izquierda.

Nuestro sentido del olfato es procesado por el sistema límbico, el cual se encuentra localizado en el lado izquierdo de nuestro cerebro, significando que el olor no tiene que ser procesado o interpretado, siendo más fácil detonar la decisión de compra desde la emoción que desde la razón. Puede evitar ver y oír algo, sin embargo, no puedes evitar respirar y por tanto no puedes evitar oler.

De acuerdo a varias investigaciones, se comprobó que el sentido del olfato es el estímulo más poderoso, induciendo una sólida respuesta emocional por parte de los seres humanos. Estudios han demostrado como los seres humanos están 100 veces más sujetos a recordar un olor, que algún otro sentido.

El Neuromarketing es una disciplina científica que abarca disciplinas de las neurociencias y el marketing. Su objetivo es analizar, estudiar y comprender los pensamientos de los consumidores sobre determinados productos, servicios y campañas publicitarias, para aplicar estos conocimientos y, de esta forma, ofrecerles lo que realmente desean para así lograr crear experiencias para los consumidores.

Las mejores técnicas de Marketing Sensorial son aquellas que logran que los clientes potenciales se identifiquen personalmente con los productos y sientan que estos llegan a suplir de forma completa sus necesidades y que conectan de forma directa con sus sentimientos o sensaciones debido a la gran conexión y la influencia de lo sensitivo en la toma de nuestras decisiones.


Las personas utilizan todos sus sentidos para percibir una marca. La conexión con el olor y el cerebro, atribuyen a las respuestas emocionales que vienen en conjunto con aromas particulares. Estas asociaciones pueden impulsar a una mayor calidad percibida de un producto. El artículo, "Chain Store Age", mostró que, a través de los efectos de una campaña de marketing olfativa, las tiendas que utilizaron un aroma ambiental observaron un incremento en el flujo de la clientela, los cuales permanecieron un 22 % más en promedio y un 300 % de aumento respectivo a las ventas de productos particulares.

El marketing olfativo, se puede percibir como un arma nueva y poca utilizada en el marketing sensorial para invocar nuevas experiencias para así destacar entre la multitud. Un olor puede producir relajación, tensión, calma, apetito, agitación, alegría e incluso excitación, de esta forma los olores impactan directamente en el estado de ánimo, como resultado los olores son un arma efectiva en las estrategias de marketing para la creación de experiencias de compra e impactar en la mente del consumidor.

La combinación y sinergia del estímulo del olfato en unidad con los otros cuatro sentidos del cuerpo humano, finalmente crearán una experiencia funcional y eficiente que asociarán la experiencia con la marca.

La Inteligencia Emocional aplicada al Marketing, trata de entender la importancia de las dimensiones sensoriales como clave para sensibilizar, emocionar y grabar en nuestra memoria un producto determinado, y conseguir que se recuerde, diferencie y fidelice éste respecto a otro.

Actualmente, cada vez es más difícil sobrevivir en un mercado con tanta competencia. Una buena solución para conseguir esto es diferenciarse de las demás marcas y empresas creando experiencias para los clientes, consiguiendo crear una vinculación emocional entre este y la marca, factor que puede determinar el éxito de una empresa frente a otras.

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